El 18 de mayo de 1781 se cometió uno de los mas atroces asesinatos de la historia de la humanidad, en el Cusco, los conquistadores españoles estrangularon a Micaela Bastidas Puyacahua, esposa del cacique José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II quien fue descuartizado tirado por cuatro caballos y decapitado luego de presenciar el exterminio de su familia.
Ilustre cacique de Pampamarca, Tungasuca y Surimana, José Gabriel Condorcanqui Noguera Túpac Amaru, más conocido como Túpac Amaru II, nació el 19 de marzo de 1738 en el pueblo de Tinta (Cusco).
Ante los constantes abusos a los que los indios eran sometidos (el pago de tributo, el trabajo forzado en las minas – “mita” -), en la morian por millones de las galerías de las minas. Túpac Amaru buscó en primera instancia negociar y conciliar con las autoridades españolas. En 1776 presenta una petición formal para liberar a los indios del trabajo obligatorio en las minas, la cual es negada desde Lima. Contando con el apoyo de la población indígena, inicia su revolución hacia la segunda mitad del siglo XVIII. El 4 de noviembre de 1780, y debido a los abusos a los que sometía a los indios, apresa al corregidor de Tinta, Don Antonio de Arriaga, a quien ajusticia seis días después.
El visitador José Antonio Areche, enviado para investigar los abusos contra los indígenas, condena a Túpac Amaru a presenciar la muerte de los miembros de su familia y luego a morir descuartizado. Su muerte no fue en vano, ya que las causas que motivaron su revolución fueron consideradas para efectuar cambios en el sistema político-administrativo, traduciéndose en la supresión de los corregidores, instaurándose el régimen de las intendencias. Además, se creó la Audiencia del Cusco, donde se ventilaban casos de abusos en contra de los indígenas.
One comment
Rafael Ayquipa
Espero que al nutrirte de historias como las de Tupac Amaru y otros que dieron origen a la república, no te desalientes de seguir educando y forjando nuevos líderes, puesto que pareciera que tanto sacrificio solo hubiera sido capitalizado por miserables del género humano, que han deformado monstruosamente las esperanzas de esos próceres. Adelante, que el día aún no ha terminado…